Es comúnmente conocida como la Cirugía de párpados, es una cirugía funcional y cosmética que tiene como principal finalidad rejuvenecer la apariencia del rostro y mejorar el aspecto de los párpados ó sus posibles defectos como: la aparición de bolsas o el exceso de piel.

En ocasiones esta cirugía debe hacerse porque el exceso de piel en los párpados puede causar la pérdida de la visión periférica causando dificultad con actividades tales como conducir o leer. Existen dos técnicas quirúrgicas para la realización de este procedimiento:

1. Blefaroplastia subciliar: El procedimiento se utiliza para mejorar la apariencia del pardo inferior y superior. En el caso del párpado superior, implica realizar una incisión discreta sobre el pliegue natural, que logra retirar el exceso de piel del parpado móvil o superior. En el párpado inferior, la incisión se realiza por debajo de la línea de las pestañas; con esta técnica se busca rejuvenecer la expresión, elevando la piel y el músculo; también se puede extraer las bolsas de grasa y de ser necesario, se puede combinar con la técnica de lipoinyección facial, para mejorar el volumen y dar textura a la piel.

2. Blefaroplastia transconjuntival: la técnica es similar a la anterior, ya que se cumple el mismo objetivo que es retirar las bolsas de grasa; sin embargo la diferencia radica en el abordaje; ya que en este caso, se realiza una incisión en el saco conjuntival, permitiendo la extracción de las bolsas, lo que resulta estéticamente discreto, ya que no quedan incisiones visibles.

Es importante mencionar que en este procedimiento no se retira exceso de piel, por lo que es muy recomendada para pacientes jóvenes o con poca cantidad de piel sobrante.

Al momento de realizar la valoración presencial con el Doctor, debe informar acerca de su historia clínica, expectativas y debe mencionar que le disgusta cuando se mira al espejo, entre otros que se consideren importantes. Los pacientes que sufran de ojos secos deben informarlo, o si utilizan lubricantes, lagrimas artificiales, lentes de contacto artificiales, cirugía refractiva previa, blefaritis aguda o crónica recurrente, herpes zoster, o cualquier otra afección ocular o periocular que haya padecido.

El proceso de recuperación implica una incapacidad social, debido a los hematomas y edema moderado que se pueda presentar; el paciente puede realizar otras actividades diarias, sin ningún inconveniente y debe evitar la
exposición al sol.